
Cuatro pases de touchdown y un acarreo para conversión, fueron los aportes de este mariscal de campo de descendencia latina, especialmente de padres y abuelos mexicanos, convirtiéndolo en el más valioso en un partido en el que los de USC siempre mantuvieron el control de la posesión territorial del balón, fueron más incisivos en los ataques, especialmente en el segundo período de partido, en el que se desataron con 24 puntos anotados, después de haber tenido un primer cuarto parejo en el que ambos estaban empatados a siete unidades.
Pese a dos touchdowns con pases completados de parte del quarterback Daryll Clark y un gol de campo en el cuarto período en el que los de Penn State se acercaban al marcador, al final de cuentas, la defensiva de USC hizo su papel sumado a la desesperación y falta de concentración del cuadro dirigido por el legendario Joe Paterno quien se ha quedado dirigiendo arriba del estadio junto a los coordinadores técnicos debido a su estado de salud a sus casi llegando a los ochenta años y todavía cenil.
Los Trojans de USC confirmaron su posición como número cinco final y el más destacado de los ganadores de la Conferencia del PAC-10, mientras que Penn State del Big10 quedó como el número seis del ranking final de la NCAA establecido por los medios de prensa tradicionales de la Unión Americana.
Para USC se convirtió además en su tercer triunfo en un bowl consecutivo de los cuatro últimos en los que ha participado, y desde que perdiera aquella oportunidad hace tres años frente a los Longhorns de Texas, en la final de la Bowl College Series (BCS), precísamente, en un Rose Bowl, en Pasadena, California.
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