miércoles, 29 de octubre de 2008

CONCACHAMPIONS: SÓLO UNO CONTRA DIEZ MIL


La nota curiosa y quizás la más anecdótica de lo que dejó el encuentro entre el Tauro FC de Panamá y los Islanders de Puerto Rico, haya sido el hecho de que solo uno, sí, sólo un fanático que estaba en el Estadio Nacional Rod Carew presenciando el partido llevaba los colores del cuadro boricua, se enfrentó a diez mil fanáticos seguidores del Tauro y al final terminara contento, reído y con la satisfacción de dar la única voz de aliento en favor de la llamada "Tropa Naranja".
La historia de este aficionado, quizás raya en lo irónico y en lo ridículo.
Irónico, porque se trató de una persona que logró identificarse con sus colores anaranjados, se pintó el rostro anaranjado y con una bandera nacional puertorriqueña que con mucho amor patriótico la exhibió orgullosa y era él sólo, todo el mundo especulaba en el estadio que pudieran haber otros seguidores puertorriqueños pero esto es curioso, ya que muchos aún en la isla, pese al fenómeno Islanders, no se habían atrevido a hacer el viaje hacia Panamá, y ya se conoció que hubo un grupo mayor que hizo más el gasto en lo que fue la asistencia a Vancouver, Canadá, para verlos jugar en la final frente a los canadienses en la liga USL, al que perdieron 1-3, y por otro lado, ante el hecho de que aún falta mucho por hacer que los boricuas se enamoren nuevamente del fútbol, aunque sin dejar de lado sus pasiones por disciplinas nétamente gringoides y por el que les son reconocidos como el béisbol, el baloncesto o el boxeo.
Ridículo, porque lo hicieron nuestras autoridades, dizque por protección, como si fuera un "hooligan", unidades de la Fuerza Pública panameña, luego de que el muchacho animara con su bandera a los suyos, le pidieron que se fuera al otro rincón extremo del estadio, como si fuera un antisocial, habráse visto que estupidéz hacia una persona que pese a ser seguidor de su equipo, se notaba a leguas que era una persona totalmente inofensiva e incapaz de hacerle daño incluso a los gatitos que pululan por el "Coloso de Cerro Patacón".
Pero más ridículo sería lo que se dio con la cantidad de los supuestos "seguidores" taurinos, en el que, a leguas, se trataban de los mismos farsantes vestidos de fanáticos al mismísimo estilo de la gran mentira montada llamada "Marea Roja", ya que muchos de ellos, no provenían de las mismas entrañas del Tauro FC, es decir, de los sectores populares de su alrededor, sino que eran gente que casi nunca ustedes y nosotros los hayamos visto alguna vez cada fin de semana en nuestros campeonatos, en campos como La Pedregaleña, en Proyecto Goal o el "Candela" Gil, y sean de estos que sólo se aparecen en cada final, es decir, se es patriota panameño con la selección o con causas heróicas como las de Irving Saladino y superficiales consumistas como la "gran hazaña" Margarita Henríquez cuando les conviene, e igualmente se es taurino o franciscano o placino o académico cuando les conviene.
Y con todo y eso hicieron toda una bulla que al final se convirtió en silencio. Diez mil fanáticos lloran y otros ya se dicen algún que otro disparate frustrante, mientras que uno, uno solo, terminó por reir de felicidad, porque sólo uno, uno, ¡¡¡UNO!!!, demostró ser un fiel seguidor de un equipo en el que sacrificó hasta el pasaje de avión, de hotel y de taxi, para seguir a sus colores.
No le llegamos a preguntar cómo se llama y de qué parte de su tierra viene, lo único que podemos decir es que le felicitamos porque fue un David frente a un Goliath de diez mil cabezas de las que sólo dos mil eran sinceras, y porque da un ejemplo de que al fútbol y a sus colores, hay que ponerle pasión y sobretodo amor, el puro amor, sin hipocresías.
Imagen de Todosports

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