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MEXICO / Yahoo
En un festejo donde se juntaron el hambre y las ganas de triunfar, y ante una paupérrima entrada, el diestro aguascaletense Víctor Mora fue el gran triunfador de la cuarta corrida de la temporada grande de la Plaza de Toros México, al cortar dos orejas.
Mora fue quien supo entender mejor el lote que se lidió en este cuarto festejo, de la dehesa de Malpaso, que envió seis bravos, difíciles y muy bien presentados toros que en promedio pesaron 466 kilos, de los cuales dos de ellos merecieron el honor del arrastre lento.
El cartel de este festejo estaba conformado por los jóvenes diestros, el regiomontano Juan Antonio Adame; que vistió terno rojo y oro; el potosino Fermín Rivera, quien se atavió con terno carmesí y oro, y por el aguascalentense Víctor Mora Mora, quien se puso un terno blanco y oro.
En esta cuarta corrida, el diestro potosino Fermín Rivera salió conmocionado del ruedo luego que su primer astado, "Chubasco", ejemplar de 462 kilos, derribó al matador, quien al ser levantado por el burel cayó como fardo y al impactarse con el suelo quedó inconsciente, por lo que al no moverse el toro ya no hizo por él.
Rivera pagó de esta forma su temeridad, pues durante el transcurso de la lidia del que fue su único toro, éste ya le había enviado varios avisos de que lo veía y que estaba en posiblidad de, al menos, zarandearlo.
Pero, a pesar de las advertencias del burel, Rivera siguió pisando terrenos comprometidos hasta ser alcanzado por el astado de la dehesa zacatecana.
Por otra parte, Mora, se llevó la tarde pues en su primer astado, "Capricho", el diestro hidrocálido dio muestras de haber entendido bien a su rival, aún cuando en ocasiones se mostraba corto de recorrido y varias veces hizo por el torero.
Este toro tenía buen recorrido por la mano izquierda y se mostraba reacio por la derecha, pero Mora se empecinó en sacarle pases donde aparentemente no los había, y poco a poco fue metiendo al toro y de paso arrancó los "olés" del respetable.
Luego de lograr trastear por ambos lados al burel, Mora se preparó para estoquear a su astado pero desgraciadamente falló con la toledana, y pinchó en tres ocasiones y además escuchó un aviso.
Una vez despachado el toro, el público pidió se le concediera un apéndice a Mora, trofeo que el juez de plaza le negó, por lo que debió conformarse con vuelta al ruedo y en cambio sí ordenó el arrastre lento a los restos el toro que tan buen juego había dado.
El ejemplar que le dio el triunfo a Mora fue el quinto de la tarde, "Alipús", ejemplar de 462 kilogramos y que debía de haberle tocado a Rivera, pero que fue lidiado por el hidrocálido. Este burel, como sus hermanos, estaba bien presentado y ofreció muchas complicaciones.
Así, el joven matador aguascalentense entendió las condiciones del animal y le arrancó buenos pases con el capote. Y al hacer la faena con la muleta, aún con la molestia del viento halló la forma de meter al astado.
Mora culminó con certero estoconazo y el animal cayó en poco tiempo, con lo que los tendidos se tapizaron de blanco pidiendo las orejas.
Al principio, el juez sólo había otorgado un apéndice al matador, pero la presión del respetable hizo que reconsiderara y concediera la otra oreja, además de ordenar el arrastre lento a los restos del astado.
Con el que cerró plaza, "Cara Sucia" que dio en la báscula 460 kilos, Mora mantuvo su tesitura, pisando terrenos peligrosos, en la misma cara del toro que en ocasiones estuvo a punto de alcanzarlo, pero en esta ocasión su valentía no bastó para doblar al burel por lo que lo pasaportó de buena estocada.
A su vez, Juan Antonio Adame había tenido un gran inicio en este festejo, ya que con el que abrió plaza "Candenche" (476 kgs), el regiomontano lució tanto en la colocación de banderillas como en la faena con la muleta.
Adame hilvanó varios pases de buena calidad, detacando dos tandas de derechazos hechos con temple. Mató de estocada y el respetable pidió se le concediera una oreja que no se le entregó, por lo que debió conformarse con vuelta al ruedo.
Finalmente, en su segundo astado, "Polvorón" (465), Adame no logró meterlo, por más que buscó de varias formas simplemente no encontró la manera de arrancarle pases, por lo que abrevió y mató de certero estoconazo, que le valió palmas.
Mora fue quien supo entender mejor el lote que se lidió en este cuarto festejo, de la dehesa de Malpaso, que envió seis bravos, difíciles y muy bien presentados toros que en promedio pesaron 466 kilos, de los cuales dos de ellos merecieron el honor del arrastre lento.
El cartel de este festejo estaba conformado por los jóvenes diestros, el regiomontano Juan Antonio Adame; que vistió terno rojo y oro; el potosino Fermín Rivera, quien se atavió con terno carmesí y oro, y por el aguascalentense Víctor Mora Mora, quien se puso un terno blanco y oro.
En esta cuarta corrida, el diestro potosino Fermín Rivera salió conmocionado del ruedo luego que su primer astado, "Chubasco", ejemplar de 462 kilos, derribó al matador, quien al ser levantado por el burel cayó como fardo y al impactarse con el suelo quedó inconsciente, por lo que al no moverse el toro ya no hizo por él.
Rivera pagó de esta forma su temeridad, pues durante el transcurso de la lidia del que fue su único toro, éste ya le había enviado varios avisos de que lo veía y que estaba en posiblidad de, al menos, zarandearlo.
Pero, a pesar de las advertencias del burel, Rivera siguió pisando terrenos comprometidos hasta ser alcanzado por el astado de la dehesa zacatecana.
Por otra parte, Mora, se llevó la tarde pues en su primer astado, "Capricho", el diestro hidrocálido dio muestras de haber entendido bien a su rival, aún cuando en ocasiones se mostraba corto de recorrido y varias veces hizo por el torero.
Este toro tenía buen recorrido por la mano izquierda y se mostraba reacio por la derecha, pero Mora se empecinó en sacarle pases donde aparentemente no los había, y poco a poco fue metiendo al toro y de paso arrancó los "olés" del respetable.
Luego de lograr trastear por ambos lados al burel, Mora se preparó para estoquear a su astado pero desgraciadamente falló con la toledana, y pinchó en tres ocasiones y además escuchó un aviso.
Una vez despachado el toro, el público pidió se le concediera un apéndice a Mora, trofeo que el juez de plaza le negó, por lo que debió conformarse con vuelta al ruedo y en cambio sí ordenó el arrastre lento a los restos el toro que tan buen juego había dado.
El ejemplar que le dio el triunfo a Mora fue el quinto de la tarde, "Alipús", ejemplar de 462 kilogramos y que debía de haberle tocado a Rivera, pero que fue lidiado por el hidrocálido. Este burel, como sus hermanos, estaba bien presentado y ofreció muchas complicaciones.
Así, el joven matador aguascalentense entendió las condiciones del animal y le arrancó buenos pases con el capote. Y al hacer la faena con la muleta, aún con la molestia del viento halló la forma de meter al astado.
Mora culminó con certero estoconazo y el animal cayó en poco tiempo, con lo que los tendidos se tapizaron de blanco pidiendo las orejas.
Al principio, el juez sólo había otorgado un apéndice al matador, pero la presión del respetable hizo que reconsiderara y concediera la otra oreja, además de ordenar el arrastre lento a los restos del astado.
Con el que cerró plaza, "Cara Sucia" que dio en la báscula 460 kilos, Mora mantuvo su tesitura, pisando terrenos peligrosos, en la misma cara del toro que en ocasiones estuvo a punto de alcanzarlo, pero en esta ocasión su valentía no bastó para doblar al burel por lo que lo pasaportó de buena estocada.
A su vez, Juan Antonio Adame había tenido un gran inicio en este festejo, ya que con el que abrió plaza "Candenche" (476 kgs), el regiomontano lució tanto en la colocación de banderillas como en la faena con la muleta.
Adame hilvanó varios pases de buena calidad, detacando dos tandas de derechazos hechos con temple. Mató de estocada y el respetable pidió se le concediera una oreja que no se le entregó, por lo que debió conformarse con vuelta al ruedo.
Finalmente, en su segundo astado, "Polvorón" (465), Adame no logró meterlo, por más que buscó de varias formas simplemente no encontró la manera de arrancarle pases, por lo que abrevió y mató de certero estoconazo, que le valió palmas.
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